Que un niño relea nuevamente un libro, que regrese a él en diferentes partes del tiempo, retenga y posea sin deshacerse de él, tiene un significado muy especial. Nos dice que el mensaje de la obra ha trascendido, creando un vínculo afectivo con el lector. Tan parecido a la amistad, al amor o una voz interior. Este efecto da inicio a nuestra biblioteca particular. Cada libro que consigue prender esa chispa dentro de nosotros, no lo dejamos escapar. Lo guardamos. Hoy fue que me percaté de un detalle tan ingenuo como éste después que mi hija volviera a leer “Mamá está Triste” de Jennifer Rodriguez. ¿Por qué guardamos libros? Me he preguntado siempre. Parece obvia la respuesta. Sin embargo nunca había concretado la particularidad que vinculara todas las respuestas. Más de un año de haber hecho este video, todavía continúa deleitándonos la obra.
COMPRAR LIBRO: https://www.mamaestatriste.com/
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Mamá está triste de la escritora Jennifer Rodríguez, ilustrado por Maeve Haslett. Libro de tapa dura. Género Narrativa. Temáticas que aborda: emociones, sentimientos.
Siempre es un hallazgo sorprendente cuando un autor se lanza a un concepto tan complejo como la tristeza en un libro para niños sin perder mesura, balance y buen gusto a la hora de enfocar el tema.
Este libro introduce al niño en un terreno que sucede todos los días en nuestras vidas, amplía una compresión sobre estados de ánimo que a veces son difíciles de explicar o no tienen una solución inmediata. Permite además al menor reconocer sentimientos que no están regidos por un por qué, una causa, una razón.
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